Desde hace siglos, los singing bowls o cuencos tibetanos son utilizados en los rituales buddhistas como instrumentos musicales para contribuir a la concentración y a la relajación de la mente y del cuerpo. Para ayudar, en definitiva, a la consecución de estados meditativos.
También son muy conocidas sus funciones terapéuticas, ya que sus vibraciones son muy beneficiosas para la salud, alivian en dolor, las contracturas y las sobrecargas musculares. Ayudan a conciliar el sueño, armonizan el cuerpo y equilibran los chakras. Sus vibraciones inducen al cerebro a vibrar en determinadas ondas que nos generan tranquilidad, llegando a cada célula de nuestro cuerpo y llevándonos a un estado emocional de armonía y bienestar.
Los Cuencos Tibetanos se elaboran, desde la antigüedad, con una aleación de siete metales: cobre, bronce, estaño, mercurio, plomo, hierro, oro y plata fundidos a alta temperatura. Tradicionalmente se hacían a mano, con el calor del fuego, dándoles forma con golpes suaves y precisos, técnica que todavía perdura en la actualidad.
Los Cuencos Tibetanos tienen la peculiaridad de producir un sonido de potencia y calidad especiales que se expande y perdura largo tiempo después de ser golpeados suavemente con una maza. Si frotamos su borde con una baqueta se produce una vibración muy especial que crea una gama de sonidos armónicos o sobretonos (un sonido base del que se desprenden otros sonidos más agudos armónicos entre si).
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