LA LLAVE DE LA FELICIDAD

LA LLAVE DE LA FELICIDAD

domingo, 2 de febrero de 2014

CÍMBALOS O CRÓTALOS TIBETANOS



   
Instrumento tibetano. Tinghsha o crótalos tibetanos.
Los armoniosos Címbalos de meditación tibetanos, conocidos como Ting-sha o Ting-shags, al entrechocar, instantáneamente resuenan como un eco dentro del alma humana.
Su propósito es convocar; nos llama a la conciencia, la atención, al reconocimiento y recuerdo de nuestro ser.

El término tibetano Ting se refiere al repique del sonido del metal; también significa campanilla de metal de bronze o plata ofrendado en un altar Budista.
El término Sha significa colgado o suspendido. Así, Ting-sha toma los significados de címbalos suspendidos de metal sonoro y el de una nota musical sostenida.
Unidos por una correa de cuero, los címbalos se entrechocan ligera y delicadamente en sus bordes creando un tono suave o fuerte, un sonido claro, sostenido, puro, limpio y penetrante.

Aparejadas de acuerdo a su tono, son elaboradas de una aleación especial. Su grosor y forma son elementos importantes en la creación de armónicos, cuyo sonido llena la atmósfera de reververación ayudando a la mente a limpiarse de pensamientos.
En meditación son usadas para indicar el inicio y el término; al inicio dejas todo excepto el momento del aquí y al ahora; al final te despiertan física y espiritualmente a nuestra realidad o sueño material.

Tienen diferentes diseños grabados en el metal, entre ellos: el mantra Om Mani Padme Hum,los ocho símbolos auspiciosos tibetanos, Dragones o bien lisos.

Las Tingshas han sido usadas en regiones Himalayas de Nepal, Tibet, India, Buthan; para sanación, meditación, relajación, purificación interna, el despertar interno, oraciones, mantras, canto devocional, danzas sagradas, ceremonias, rituales de limpieza de energías negativas, para armonizar el aura y espacios, restauración de la armonía y equilibrio, purificación del cuerpo y mente, traer claridad y foco en una meditación, en rituales para la muerte, para invocar o alejar a los espíritus etc.

LA CAMPANA TIBETANA



La Campana Tibetana, representa al principio femenino como la ‘perfección de la sabiduría’. Este instrumento sagrado siempre va acompañado por su pareja, el Dorje. Mientras que la campana representa el elemento femenino o sabiduría, el Dorje representa el masculino o compasión. Combinando ambos elementos, femenino y masculino (sabiduría y compasión) se puede alcanzar la iluminación. La campana libera la energía bloqueada y el Dorje la absorbe y la transmuta, por ello siempre han de estar juntos.
El Dorje o cetro diamantino y la campana, son los dos principales instrumentos rituales que simbolizan la perfección del método: el amor bondadoso y la compasión, así como la sabiduría o el vacío. En conjunto, al Dorje se le sostiene con la mano derecha y a la campana con la izquierda, representando así la unión inseparable del método y la sabiduría, cualidades indispensables para la consecución de la iluminación. La campana tibetana es un instrumento ritual que simboliza el saber, la compasión y la sabiduría que conducen al estado de buda y a la iluminación.

Uso de las campanas en la Sanación: La Campana Tibetana es una herramienta usada desde hace miles de años por los monjes tibetanos y compuesta al igual que los cuencos por la aleación de siete metales. Se utiliza para la oración y para atraer las energías positivas durante sus meditaciones. También es útil en prácticas de concentración. El uso de la campana armoniza las energías yin y yang.
 A la campana tibetana se la puede hacer cantar como a los cuencos tibetanos con la baqueta de madera, emitiendo tonalidades energéticas que llenan la estancia donde se encuentra.
La campana tibetana puede tener uso ritual, astrológico y curativo. Si entendemos la enfermedad como un bloqueo de energía en el campo áurico, al hacer "cantar" a la campana, se purifican estas energías ayudando a la recuperación de la salud.
El tocar o hacer "cantar" a una campana tibetana en una habitación, la purifica y armoniza, dando una sensación de paz y armonía.
Una parte del cuerpo particularmente sensible a la vibración es la zona del plexo solar, a la altura del estómago, que suele alterarse en los momentos de tensión. La campana tibetana se toca percutiendo suavemente y también deslizando una baqueta de madera pesada en torno a su borde exterior con el fin de obtener una vibración continua. Es aconsejable experimentar con el sonido en todas las partes del cuerpo.

CUENCOS TIBETANOS


 

Desde hace siglos, los singing bowls o cuencos tibetanos son utilizados en los rituales buddhistas como instrumentos musicales para contribuir a la concentración y a la relajación de la mente y del cuerpo. Para ayudar, en definitiva, a la consecución de estados meditativos.

También son muy conocidas sus funciones terapéuticas, ya que sus vibraciones son muy beneficiosas para la salud, alivian en dolor, las contracturas y las sobrecargas musculares. Ayudan a conciliar el sueño, armonizan el cuerpo y equilibran los chakras. Sus vibraciones inducen al cerebro a vibrar en determinadas ondas que nos generan tranquilidad, llegando a cada célula de nuestro cuerpo y llevándonos a un estado emocional de armonía y bienestar.
Los Cuencos Tibetanos se elaboran, desde la antigüedad, con una aleación de siete metales: cobre, bronce, estaño, mercurio, plomo, hierro, oro y plata fundidos a alta temperatura. Tradicionalmente se hacían a mano, con el calor del fuego, dándoles forma con golpes suaves y precisos, técnica que todavía perdura en la actualidad.

Los Cuencos Tibetanos tienen la peculiaridad de producir un sonido de potencia y calidad especiales que se expande y perdura largo tiempo después de ser golpeados suavemente con una maza. Si frotamos su borde con una baqueta se produce una vibración muy especial que crea una gama de sonidos armónicos o sobretonos (un sonido base del que se desprenden otros sonidos más agudos armónicos entre si).



SU SANTIDAD EL XIV DALAI LAMA DEL TIBET


"Su Santidad el Décimo Cuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, nació el 6 de Julio de 1,935 en una familia de campesinos en el pequeño poblado de Takster, en el Noreste del Tíbet. A los dos años de edad fue reconocido como la reencarnación de su predecesor, el Décimo Tercer Dalai Lama. Los Dalai Lamas son la manifestación del Buda de la Compasión, quien escogió renacer para servir a la humanidad. Dalai Lama significa Océano de Sabiduría, los tibetanos por lo general se refieren a Su Santidad como Yeshe Norbu, la Gema que Concede Todos los Deseos, o simplemente le llaman Kundun, la Presencia. Cuando el Décimo Tercer Dalai Lama murió en 1,935, el Gobierno Tibetano, no simplemente tenía que nombrarle un sucesor, sino que debía encontrar el niño en quien el Buda de la Compasión habría de encarnar.

El niño no tenía que haber nacido justo en el momento de la muerte de su predecesor, ni tampoco muy pronto luego de ésta. Como en otras ocasiones se presentarían signos de donde ir a buscar. Por ejemplo cuando el cuerpo del Décimo Tercer Dalai Lama fue colocado en el altar con el rostro hacia el sur, su cara giró hacia el este dos veces, y hacia el este del altar un gran hongo brotó en el lado este de una bien labrada columna de madera.

El Regente del Tíbet viajó al sagrado lago de Lhamoe Lhatso, en el cual los tibetanos habían tenido visiones del futuro. Allí entre otras cosas, vieron un monasterio con techos de jade verde y oro y una casa con baldosas turquesa. Una descripción detallada de la visión fue escrita y mantenida en estricto secreto. En 1938 Altos Lamas y dignatarios fueron enviados por todo el Tíbet para buscar el sitio de la visión. Los que se fueron hacia el este, fueron dirigidos por el Lama Kewtsang Rimpoché del Monasterio Sera. En Takster ellos encontraron dicho sitio y fueron a la casa con Kewtsang Rimpoché disfrazado como el sirviente, y el monje de menor rango vestido como si fuese el líder. El Rimpoché llevaba colgado un rosario del Décimo Tercer Dalai Lama y el niñito al verlo lo reconoció y le dijo que se lo diera. Él prometió dárselo siempre y cuando adivinara quien era él. El niño respondió: "Sera aga" lo que en el dialecto local significaba "un monje de Sera". El niño fue también capaz de decirles quien era el verdadero líder y quien era el sirviente. Luego de muchas otras pruebas realizadas más adelante el Dalai Lama fue entronizado en 1,940. En 1,950 a los dieciseis años de edad y teniendo todavía que enfrentar 9 años más de intensa educación religiosa. Su Santidad tuvo que asumir el pleno poder político, cuando la China invadió el Tíbet. En Marzo de 1,959, durante el levantamiento nacional del pueblo tibetano en contra de la ocupación militar China, Él se fue para el exilio.

Desde entonces ha vivido a los pies de los Himalayas en Dharamshala, India, el asiento del Gobierno Tibetano en el exilio, una democracia constitucional desde 1,963. Dharamshala, felizmente conocida como La Pequeña Lhasa posee también instituciones culturales y educativas y sirve de "Capital en Exilio" de 130,000 refugiados tibetanos que viven principalmente en la India. Otros viven en el Nepal, en Suiza, en el Reino Unido, en los Estados Unidos, en el Canadá y otros 30 países. En la pasada década el Dalai Lama trató de abrir puertas al diálogo con los chinos. Él propuso un Plan de Paz de Cinco Puntos en 1,987-1,988 que estabilizaría toda la región asiática y que ha recibido muchos elogios de hombres de estado y de cuerpos legislativos a lo largo de todo el mundo, pero que los chinos no han todavía entrado a negociar. Mientras tanto el Décimo Cuarto Dalai Lama a diferencia de su predecesor, quien nunca vino al occidente continúa con sus viajes a lo largo del mundo, hablando en forma elocuente a favor de una comprensión ecuménica de la bondad y la compasión, del respeto al medio ambiente, y por encima de todo acerca de la paz mundial.